Esta semana hemos comprobado que la energía eléctrica puede convertirse en energía mecánica.
Colocamos un tornillo de acero sobre un imán de neodimio y debajo de una pila, cerramos el circuito con un cable unido a la pila y con el otro extremo tocando el exterior del imán.
El movimiento se produce al combinarse la fuerza eléctrica de la pila y la magnética del imán.
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