Dicen que en marzo de 1873, Lewis Carroll, el autor de Alicia en el país de las maravillas, envió la siguiente carta a su pequeña amiga Helen Feiden:
"Mi querida Helen, no sé si te gustan los problemas de ingenio. Si te gustan, prueba este. Si no te gustan, no importa. Un caballero, un noble, digamos, para hacerlo más interesante, tenía un cuarto de estar con una sola ventana, una ventana cuadrada, de 3 pies de alto y 3 pies de ancho. Ahora bien; él estaba afectado de la vista y por la ventana entraba demasiada luz, por lo que llamó a un albañil y le pidió que la modificase, de modo que diera entrada a la mitad de luz. Pero debía conservarla cuadrada, de 3 pies de alto y 3 pies de ancho. ¿Cómo lo hizo?"
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