Esta semana frotando un globo y una barra de vidrio hemos conseguido atraer trocitos de papel y mover una lata de refresco a distancia, parecía magia pero la culpa la tienen las cargas eléctricas que contiene la materia.
Al frotar transmitimos cargas de un objeto a otro y se produce una fuerza de atracción o repulsión parecida a la de los imanes.
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